Una amiga me ha pasado un diccionario que se llama "El gran diccionario de las dolencias y enfermedades" de Jacques Martel, un diccionario sobre las causas de las dolencias y enfermedades relacionadas con los pensamientos, sentimientos y emociones. Transcribo literalmente lo que dice en relación al cáncer de mama (pecho), a mi me ha parecido muy bueno y acertado.
Cáncer de Pecho
Los pechos representan la
feminidad y la maternidad. Este tipo de cáncer suele indicar ciertas actitudes
y pensamientos profundamente arraigados desde la tierna infancia. Desde los
años 60, en ciertos lugares del mundo, la mujer se afirma más, toma su lugar en
la sociedad y quiere ir hacia delante. Entonces puedo tener dificultad en
expresar mis verdaderos sentimientos, en encontrar un equilibrio entre mi papel
de madre y de mujer cumplida. Estos conflictos interiores profundos me
atormentan como mujer que busca el justo equilibrio. Se ha descubierto que este
tipo de cáncer generalmente viene de un fuerte sentimiento de
culpabilidad interior hacía uno – mismo o hacía uno o varios de sus hijos: “¿Porqué
ha nacido. Qué hice para tenerlo? Soy bastante buena madre o mujer para
cuidar de él? Todas estas preguntas aumentan mi nivel de culpabilidad,
llevándome a rechazarme y aumentando mi temor a que me rechacen los demás. Debo
recordarme que “el amor por mi hijo siempre está presente pero que mis
pensamientos son muy poderosos y que debo vigilarlos”. Si me juzgo con
demasiada severidad, toda mi ira y mi rechazo se amplificarán, y mis emociones
estarán “expulsadas” al nivel de mis pechos, que se vuelven el símbolo de mi “fracaso”.
Un cáncer del pecho quiere pues ayudarme a tomar consciencia de que vivo
una situación de conflicto, tanto de cara a mí – mismo como a alguien más, que
está vinculada a un elemento que forma parte de mi espacio vital, de mi “nido”.
Frecuentemente se tratará de mis hijos, mis “pajarillos”, o de alguien a quien
considero como tal (por ejemplo una madre enferma que siento desprotegida, como
“un niño pequeño”). Puedo tener miedo de que mi “nido” (hogar) se derrumbe.
También puedo tener un gran miedo o un gran estrés con relación a la
supervivencia de uno de mis hijos o de todos ellos. En un sentido más amplio,
el “nido” puede agrupar a mi cónyuge, mi hogar, mis hermanos y hermanas,
particularmente si viven bajo el mismo techo. Es pues frente a la familia, lo
que históricamente podría llamarse el clan, que tengo la sensación o el
temor de que haya derrumbamiento, estallido. Los hombres como las mujeres
pueden desarrollar este tipo de cáncer, que es frecuentemente el
conflicto interior masculino en aceptar su propia naturaleza
femenina. Sucede que algunos hombres manifiestan su lado femenino y materno
casi tanto como las mujeres. Como hombre, nunca seré una mujer pero,
energéticamente, puedo ser tanto o más femenino que ésta.
Por esto el cáncer de pecho,
en mí que soy un hombre, está asociado a la estima de mí – mismo y a mi
capacidad de expresar naturalmente mi lado femenino innato. Puede estar
vinculado al hecho incluso de ser un hombre y al deseo inconsciente de ser una
mujer. Es un aspecto que deberé equilibrar en mi vida. El lado izquierdo
corresponde al campo afectivo y el derecho, al campo racional. El cáncer en
el pecho izquierdo designa pues todas las dificultades afectivas y las
emociones inhibidas en mí como mujer y más me vale aceptar a la mujer y
la madre en mí, y los sentimientos interiores que vivo con relación a
cada uno de ambos papeles. En el seno derecho, el cáncer indica
la mujer responsable y lo que se espera de mí (lo que pretendo hacer con
esta mujer “exterior”). Observen que esto se aplica también a los hombres, aunque
el cáncer del pecho en los hombres sea más escaso. Para mí, como mujer
en el universo físico, el volumen y la forma de mis pechos pueden tener cierta
importancia según las circunstancias. Se observa que si mi lado masculino es
dominante (yang), puedo tener senos más pequeños y puedo considerarles
frecuentemente como inútiles o sin valor. El cuerpo habla y mis senos también;
soy yo la que he de decidir la importancia concedida a este símbolo femenino y
sexual. La búsqueda de un equilibrio es importante y el cuerpo se ajustará
energéticamente en consecuencia de las decisiones tomadas por la mujer (o el
hombre) en el porvenir. Todo está en la actitud, el amor y la
aceptación de sí.
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