Ha pasado una semana
desde que me hicieron la primera sesión de quimioterapia. Los primeros dos días fueron de un sentirme
sin fuerzas con muchas ganas de dormir, también aparecieron las náuseas, sin
llegar a provocar vómitos. Me sentía embarazada
nuevamente. Poco a poco han disminuido esos
malestares pero aun siento una languidez muy grande en el estómago, mucho
hambre, incluso en las madrugadas me levanto a comer algo porque no puedo
dormir sintiendo ese vacío tan grande.
Ayer fui a mi cita con el médico quien revisó el último
análisis de sangre en donde si bien el nivel de leucocitos había bajado un poco
por debajo del rango normal, él dijo que
era totalmente manejable. Después de
revisarme dijo lo siguiente en tono de burla “Señora, la veo tan bien que yo
podría dudar de que usted se haya hecho realmente la quimioterapia”.
Estos días he recurrido a lo siguiente para contrarrestar los malestares:
- Ejercicios de Respiración: ayudan a disminuir las náuseas, el método de 4 x 5, son 4 pasos intercalados por espacios de 5 (segundos). Se inhala contando hasta 5, luego se contiene la respiración por un espacio de 5, se exhala contando también 5, se retiene la respiración por un espacio de 5 para nuevamente inhalar y empezar el ciclo de 4 pasos. La inhalación es por la nariz llenando el abdomen y la exhalación también se realiza por la nariz. Es suficiente con realizar 5 repeticiones, la mayor cantidad de veces que uno se acuerde durante el día o sea necesario.
- Mantras, al despertar y antes de acostarme
- Alimentación sana y algunos refuerzos adicionales como Sustagen, Glutamina, Selenio, Uña de Gato.
Pero la terapia más maravillosa y efectiva que me recomendó
mi maestra son los Baños de Luz. En una posición
cómoda para hacer meditación con los ojos cerrados imaginamos una luz blanca
que viene de lo alto e ingresa por la coronilla. Es la luz del Padre. Hacemos descender esa luz a cada célula del
cuerpo, imaginando cada una de las partes radiante de luz. Mentalmente repetimos y visualizamos que cada
célula al llenarse de luz, elimina todo aspecto negativo y se armoniza con el
universo. Debemos permanecer en ese
estado radiante por lo menos 20 minutos al día.
Es una meditación maravillosa para sanar nuestro cuerpo y llenarlo de la
más perfecta armonía con el Todo, y creo que no necesitamos padecer de ninguna
enfermedad evidente para tomar un baño de luz todos los días!
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