Cáncer de mama (IV) Baños de Luz

Ha pasado  una semana desde que me hicieron la primera sesión de quimioterapia.  Los primeros dos días fueron de un sentirme sin fuerzas con muchas ganas de dormir, también aparecieron las náuseas, sin llegar a provocar vómitos.  Me sentía embarazada nuevamente.  Poco a poco han disminuido esos malestares pero aun siento una languidez muy grande en el estómago, mucho hambre, incluso en las madrugadas me levanto a comer algo porque no puedo dormir sintiendo ese vacío tan grande.   
Ayer fui a mi cita con el médico quien revisó el último análisis de sangre en donde si bien el nivel de leucocitos había bajado un poco por debajo del rango normal, él  dijo que era totalmente manejable.  Después de revisarme dijo lo siguiente en tono de burla “Señora,  la veo tan bien que yo podría dudar de que usted se haya hecho realmente la quimioterapia”.


Estos días he recurrido a lo siguiente  para contrarrestar los malestares:
  • Ejercicios de Respiración: ayudan a disminuir las náuseas, el método de  4 x 5, son 4 pasos intercalados por espacios de 5 (segundos).  Se inhala contando hasta 5, luego se contiene la respiración por un espacio de 5, se exhala contando también 5, se retiene la respiración por un espacio de 5 para nuevamente inhalar y empezar el ciclo de 4 pasos.  La inhalación es por la nariz llenando el abdomen y la exhalación también se realiza por la nariz.  Es suficiente con realizar 5 repeticiones, la mayor cantidad de veces que uno se acuerde durante el día o sea necesario.
  • Mantras, al despertar y antes de acostarme
  • Alimentación sana y algunos refuerzos adicionales como Sustagen, Glutamina, Selenio, Uña de Gato.  
Pero la terapia más maravillosa y efectiva que me recomendó mi maestra son los Baños de Luz.  En una posición cómoda para hacer meditación con los ojos cerrados imaginamos una luz blanca que viene de lo alto e ingresa por la coronilla. Es la luz del Padre.  Hacemos descender esa luz a cada célula del cuerpo, imaginando cada una de las partes radiante de luz.  Mentalmente repetimos y visualizamos que cada célula al llenarse de luz, elimina todo aspecto negativo y se armoniza con el universo.  Debemos permanecer en ese estado radiante por lo menos 20 minutos al día.  Es una meditación maravillosa para sanar nuestro cuerpo y llenarlo de la más perfecta armonía con el Todo, y creo que no necesitamos padecer de ninguna enfermedad evidente para tomar un baño de luz todos los días!


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