Las 3 erres (3R)


Acabo de leer un ensayo del periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano “Me caí del mundo y no sé por donde se entra” con una nota que dice entre paréntesis - Para mayores de 30. Yo también tengo mas de 30 y si bien al principio leyendo esta nota me identifiqué con mucho orgullo el ser parte de esta generación que en tiempos pasados acostumbrábamos a guardar, y antes de tirar intentábamos reparar o darle un uso alternativo para nosotros mismos o para nuestras futuras generaciones, al terminar de leerla sentí mucho la falta de coherencia interna.

Nos acostumbramos a guardarlo todo y es lógico que nos cueste vivir en estos tiempos en que cada artefacto se cambia por un modelo nuevo, los autos en el mejor de los casos se cambian al tercer año, las cocinas y lavadoras no duran mas de 5 años, los celulares 3 meses, todo es desechable, absolutamente todo. Nada se fabrica para durar, el sistema económico o economía de mercado es así: las compañías ganan si venden más. Por ende debemos consumir más.

Entonces, algunos que pasamos de los 30 nos sentimos engañados y tratamos de volver a nuestras antiguas costumbres que en estos tiempos, gracias a las campañas verdes para salvar al planeta, se están poniendo de moda, o por lo menos son mejor aceptadas que en años pasados. Nuestras antiguas costumbres de guardar entonces se alinean con las famosas y modernas 3 erres: Reciclar, Reusar y Reducir , que son ya una Regla sobre hábitos de consumo popularizada por la organización ecologista Greenpeace, que pretende desarrollar hábitos generales responsables como el consumo responsable.

Vivo en las afueras de la ciudad y por aquí como en muchos otros lugares de nuestro Perú, gracias a Dios, aun existen los zapateros que nos cosen las zapatillas cuando se despegan, reparan el DVD antes de cambiarlo por uno nuevo, se encuentran técnicos que reparan la lavadora de 20 años de antigüedad que heredamos de mis suegros, y mi camioneta aunque modificada a gas, es un modelo del año 91. Hacemos manualidades con las chicas reciclando los envases de pet, los rollos vacíos de papel higiénico y con las tapas de las gaseosas se hacen muñequitos para jugar, y vaya que juegan, desde la creación disfrutan de esta actividad de reciclar.

Ahora vamos a la parte interna.
Hasta ahora hablamos de cosas externas que guardamos o botamos y aprendimos a reciclar en los últimos años.
Pero en esta costumbre de guardarlo todo, también nos acostumbramos a guardar sentimientos, emociones, pensamientos y todas estas cosas, que no son tales (cosas, físicamente hablando), pero existen en algún lugar en nosotros. No podemos dudar de su existencia, aunque no las veamos.

Todo esto lo hemos acumulado en algún lugar. El lugar está en otra dimensión que no vemos, en nuestros cuerpos sutiles, en el cuerpo astral o emocional y en el cuerpo mental. Si esta terminología no es comprensible diremos solamente que está acumulado en nuestra aura. Y ahí permanece, acumulándose permanentemente. Recuerdos tristes de nuestra infancia, penas, traumas, desilusiones, temores, odios, rabias, etc., permanecen en algún lugar bien guardados.

¿Como es que se relaciona con lo anterior? Si una desilusión por ejemplo, causó un vacío muy grande de pequeños, tal sensación con los años se convierte en una compulsividad hacia comprar cosas materiales que llenen tal vacío. Y entramos al juego de comprar y desechar fácilmente. Mientras no trabajemos eliminando aquella desilusión causada en el pasado, el vacío será permanente. Sin darnos cuenta somos presa de nuestras acumulaciones internas que nos llevan a actuar externamente. No hay salida sin comprensión de esto.

¿Donde está la solución? ¿En las 3 erres? Por supuesto que no.
Esta regla ayuda a controlar los impulsos y hábitos de compra, solo eso. Ayuda externamente a aliviar la acumulación de residuos generados en el planeta. Residuos que son causados por el hombre. ¿Y los residuos acumulados que carga cada hombre en su interior?

La solución sólo está en el interior de cada uno de nosotros. Reflexionar sobre nuestros propios residuos, aquello que hemos guardado y no es sano seguirlo acumulando. Perdonarnos, perdonar a aquellos que reconocemos nos hicieron daño, aliviará esta carga. La meditación en estos asuntos es necesaria. Y urgente si queremos que las 3 erres funcionen para el planeta.