La razón y la intuición


Cuando hablamos de los chakras en nuestro primer post, habiamos explicado algo sobre la constitución séptuple del hombre.
El ser humano esta formado por siete "cuerpos" los cuales a su vez pueden ser divididos en 2 grupos, el cuaternario inferior o parte mortal, formado por los cuerpos mas densos (físico, etérico, astral y mental inferior) y la tríada superior, la parte inmortal en el hombre, aquello que los cristianos llaman "espíritu". A esta tríada superior tambien podemos llamarla Ego Superior, es la verdadera esencia del hombre que trasciende encarnación tras encarnación.

A este Ego Superior pertenece el genio, que ve en lugar de argumentar; la verdadera intuición es una de sus facultades.

La razón, la cualidad de pensar y de considerar, que coordina los hechos reunidos por la observación, que compara los unos con los otros, que hace deducciones y saca las consecuencias o conclusiones, representa el ejercicio del cuerpo mental inferior con el cuerpo físico por medio del aparato cerebral; su instrumento es el raciocinio; por inducción sube de lo conocido a lo desconocido, construyendo hipótesis; y por deducción desciende después a lo conocido, comprobando sus hipótesis por nuevos experimentos. La razón,por lo tanto es una obra del cuaternario inferior.

La intuición, como se ve por su etimología, es simplemente visión interna, un procedimiento tan directo y rápido como la visión corporal. Es el ejercicio de los ojos de la inteligencia, el reconocimiento infalible de una verdad presente en el plano mental superior. Ve con certeza, su visión es clara y da sus referencias sin vacilaciones. No puede añadirse prueba alguna a la certidumbre de su conocimiento, pues va más allá de la razón y está por encima de ella. A menudo nuestros instintos ciegos y confusos por causa de las pasiones y deseos, son mal llamados intuiciones, y un mero impulso se considera como la sublime voz del "espíritu".

Es necesario un aprendizaje largo y cuidadoso antes de que esta voz pueda ser reconocida con certeza; pero de una cosa podemos estar completamente seguros: de que mientras estemos dentro del torbellino de la personalidad (lo que "creemos" que somos); mientras que la tempestad de los apetitos y deseos ruja alrededor nuestro; mientras que seamos juguete de las emociones, la voz del Ego Superior no podrá llegar a nuestros oídos.

El mandato de nuestro Ego Superior no viene en el fuego ni en el torbellino, ni en el trueno ni la tempestad; únicamente cuando reina la calma de un silencio que puede oírse, cuando el aire mismo está inmóvil y el reposo es profundo, cuando el hombre envuelve su cabeza con un manto que cierre sus oídos aun para el silencio terrestre, solamente entonces suena la voz que es más tranquila que el silencio, la voz de su verdadero Yo.

En el silencio y sobretodo en aquel que puede encontrarse a traves de la meditación.

Tomado con adaptaciones de : "Los Siete Principios del Hombre" de Annie Besant (1892).

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