¿Te has puesto a pensar que el trabajo
que uno desempeña sirve igualmente para otras personas? ¿Te han puesto a pensar
que el dinero que gastas en alimentos, o vestidos, o en el hogar, es dinero que
va a ayudar a otras personas? ¿Que cada vez que utilizas la luz o utilizas
algún aparato eléctrico, en realidad estás generando trabajo para otros? El ser
humano vive dentro de una sociedad y todo lo que hacemos redunda en beneficio
de otros. Existe una interrelación entre todos y cada uno de los seres humanos,
por eso es que al final de cuentas somos seres al servicio de la humanidad. En cada
instante, cada uno de nuestros actos está sirviendo a otras personas; en cada momento,
mi conducta afecta a otras personas, mi permanencia en el mundo es un acto
mediante el cual afecto a toda la humanidad.
Una vez que entendemos que todo lo que
hacemos tiene una repercusión en la sociedad, en ese momento empezamos a tomar
conciencia del sentido de la trascendencia de cada cosa que hacemos.
¿Qué sería del hombre si todo acto lo
ejecutara pensando en las repercusiones futuras y sociales que él puede tener?
¿Cómo sería la sociedad en donde cada uno de sus integrantes tiene una plena
conciencia de su labor dentro de la colectividad? ¿Qué podríamos esperar de una
gran familia de seres que se han dado cuenta de que la única forma de marchar
aceleradamente hacia el mejoramiento social y espiritual de todos ellos es
trabajar por el bien común, por el bien de esa colectividad?
Esta sería una sociedad formada por hombres con
conciencia universal, en la que se trabaja siempre para el bien
colectivo. Imaginemos por unos momentos, cómo sería el mundo si cada uno de los
seres humanos se preocupara por efectuar el mayor bien hacia la humanidad; que
a los niños, desde sus primeras años, les fuera explicado el principio de que
sólo en comunidad se puede avanzar espiritualmente de una manera
armónica y vivir completamente feliz cada momento de su vida.
¿Cómo es posible que todavía existan
seres humanos que aspiran a llegar a ser felices mientras a su alrededor las
personas sufren y claman por justicia?, ¿Cómo es posible pensar que se pueden
crear islas dentro de la gran humanidad en donde pueda existir la armonía que
buscan, mientras se mantienen aislados e ignoran los problemas que existen a su
alrededor? Todos estos pequeños paraísos son temporales, la fuerza de la
sociedad impulsa siempre a homogeneizar cada una de las condiciones en que
viven los seres humanos, el mundo busca la hegemonía, los países se van
fundiendo unos con otros y aun cuando momentáneamente seamos testigos de las
luchas étnicas y el desmembramiento de grandes conglomerados de razas, esto
será tan sólo temporal, las condiciones cambiantes del mundo forzarán a
aquellas razas a entender los principios de la convivencia armónica.
Entender en lo más elevado de nuestra
conciencia, que el ser humano sirve a los demás permanentemente en cada acción
que hace en su vida, es abrir las puertas de nuestros vehículos superiores,
para que las grandes fuerzas cósmicas que impulsan la evolución de la humanidad
y del planeta bajen a través nuestro y realicen la labor que deban realizar
para que el Plan Divino se cumpla en todos y cada uno de sus puntos.
Tomado con adaptaciones de "Comunicación Cósmica", KwanYin, 1992
No hay comentarios:
Publicar un comentario