El propósito de la Dualidad

Nuestras exploraciones o viajes a través del reino de la dualidad han servido a un propósito difícil de entender, pero es como que hemos creado un nuevo tipo de conciencia, una que no existía previamente.
Esta conciencia primeramente fue desplegada por Cristo, cuando caminó en la tierra. Esta conciencia, que llamaremos la conciencia Crística, resulta de una alquimia espiritual. Alquimia física es el arte de transformar plomo en oro. Alquimia espiritual es el arte de transformar energía oscura en “la tercer energía”, el oro espiritual presente en la energía Crística. No estamos diciendo que el propósito es transformar oscuridad en luz, o malo en bueno. Oscuridad y Luz, malo y bueno son opuestos naturales; ellos existen gracias al otro. La alquimia espiritual introduce una ‘tercer energía’, un tipo de conciencia que abarca ambas polaridades a través de energías de amor y comprensión. El verdadero propósito del viaje no es hacer que la Luz conquiste a la Oscuridad, sino ir más allá de estos opuestos y crear un nuevo tipo de conciencia, la cual pueda mantener la unidad tanto ante la presencia de luz como ante la presencia de oscuridad.
Explicaremos este punto bastante difícil por medio de una metáfora. Imaginen que ustedes son buceadores de mar profundo en busca de una perla. Una y otra vez ustedes se zambullen en el océano para hallar esta particular perla, de la cual todo el mundo habla pero que nadie realmente ha visto. Se rumorea que incluso Dios, el Principal Buceador, nunca ha tocado la perla.
Zambullirse en el océano está lleno de peligros, ya que pueden perderse o ir a las profundidades y suspender su respiración. Aún así, ustedes persisten y se sumergen en este océano una y otra vez, porque ustedes están resueltos e inspirados. ¿Están ustedes dementes? No, ustedes son exploradores de lo nuevo. El secreto es: en el proceso de hallar la perla, ustedes la están creando. La perla es el oro espiritual de la conciencia Crística. La perla son ustedes, transformados por la experiencia de la dualidad. Lo que tenemos aquí, es una verdadera paradoja: al explorar lo Nuevo, ustedes lo están creando. Ustedes han pasado a ser la perla de la creación de Dios.
Dios no tiene otro modo de hacer esto, porque lo que vamos a hallar, aún no existe: tiene que ser creado por nosotros. ¿Por qué estaría Dios tan interesado en crear algo nuevo? Veamos esto de la manera más simple posible. Primero, Dios es enteramente BUENO. Hubo bondad en cada lugar y todo alrededor. En realidad, porque no había nada más, las cosas eran estáticas. Su creación carecía de vitalidad, carecía de la posibilidad de crecimiento y expansión. Podrían decir que estaba atascada. Para crear cambio, para crear una oportunidad de movimiento y expansión, Dios tuvo que introducir un Elemento en su creación que fuese diferente de la Bondad que lo impregnaba todo. Esto fue muy difícil para Dios, ya que ¿cómo se puede crear algo que no se es? ¿Cómo puede la Bondad crear Maldad? No puede. Por lo tanto, Dios tuvo que salir con un truco, por así decirlo. Este truco se llama IGNORANCIA. Ignorancia es el elemento que se opone a la Bondad. Crea la ilusión de estar afuera de la Bondad, o estar separado de Dios. “No saber quiénes somos” es el incentivo detrás del cambio, crecimiento y expansión en el universo. Ignorancia alimenta al miedo, el miedo alimenta la necesidad de control; la necesidad de control alimenta la lucha por el poder: y así tenemos todas las condiciones para que el “Mal” prospere. Se ha establecido el escenario para la batalla entre el Bien y el Mal.
Dios necesitó la dinámica de los opuestos para ‘desatascar’ su creación. Es muy difícil poder comprenderlo, en vista de todo el sufrimiento causado por la ignorancia y el miedo, pero Dios puso gran valor en estas energías, ya que ellas le proveyeron de un modo de ir más allá de El /Ella misma.
Dios nos pidió tomar el velo de la Ignorancia. Con motivo de experimentar la dinámica de los opuestos tan completamente como fuese posible, fuimos temporalmente empapados en olvido acerca de nuestra verdadera naturaleza. Consentimos en dar este salto a la ignorancia, pero este hecho también fue cubierto por el velo del olvido. Por lo tanto ahora frecuentemente maldecimos a Dios por estar en la situación en la que estamos: las penas, la ignorancia.
A pesar de todos los problemas y pesares, en lo profundo de cada uno aún existe una clase de maravilla y excitación a cerca de vivir en la dualidad, en cuanto a experimentar y crear lo Nuevo. Esto es la excitación original de Dios, la razón por la que él comenzó este viaje a través de Ustedes en primer lugar.
Cuando comenzamos el viaje, enfrentamos al Mal (miedo, ignorancia) con solo una vaga memoria del Bien (Hogar) en nuestras mentes. Comenzamos a batallar contra el miedo y la ignorancia, mientras añorábamos el Hogar. Sin embargo, no retornaremos al Hogar en el sentido de regresar a un estado en el pasado. Ya que la creación ha cambiado a causa de nuestros viajes. Al final del viaje sucederá que hemos expandido la bondad y la maldad, la luz y la oscuridad. Habremos creado una tercera energía, la energía Crística, la cual abarca y trasciende a ambos. Habremos expandido la creación de Dios. Seremos la Nueva Creación de Dios. Dios habrá llegado más allá de Él/Ella misma cuando la conciencia Crística haya nacido completamente sobre la tierra. La conciencia Crística no existía antes de la “experiencia humana”. La conciencia Crística es la conciencia de alguien que ha ido a través de la multifacética experiencia de la dualidad, ha llegado a término con ella, y emerge ‘del otro lado’. Él llegará a ser el habitante de la Nueva Tierra. Éste dejará ir a la dualidad. Él habrá reconocido y abrazado su propia divinidad. Él llegará a ser uno con su Ser divino. Pero su Ser divino será diferente que antes. Será más profundo y más rico que la conciencia de la que él nació. O uno podría decir: Dios se habrá enriquecido a Él/Ella misma yendo a través de la experiencia de la dualidad. 

Tomado de "Trabajadores de la Luz" de Pamela Kribbe.

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