VIRUS H1N1 – ¿COMO PROTEGERNOS?



Los cambios por los que está atravesando el planeta involucran no solo los aspectos físicos relacionados al deterioro del medio ambiente sino también cambios a nivel energético, en el aura de nuestra Madre Tierra y ello afecta a todos los que vivimos en ella. El planeta está atravesando un proceso de ascensión que es necesario entender para ascender junto a ella armónicamente.

En un post anterior (ver ORDEN Y DESORDEN, Octubre 2008) hemos hablado de la frecuencia Schumann, el campo electromagnético de la tierra cuyas mediciones demuestran una elevación de la frecuencia desde 7.83 herzios (nuestro cerebro posee también 7.83 pulsaciones/seg) hasta 13 herzios a partir de los años 80, lo cual nos lleva a pensar en que por ahi tenemos la respuesta del porqué sentimos que el tiempo se nos pasa tan rápido.

Estos cambios de energía en la Tierra afectan el sistema inmunológico ya que éste se debilita producto de los desajustes electromagnéticos que se generan durante el proceso de ascensión en las frecuencias que establece el ciclo evolutivo del planeta, además sumado al hecho de ya que nos hallamos transitando la etapa más crítica del mismo. Todos somos concientes de esto en nuestro interior, aunque no tengamos información formal muy clara sobre esto. La contaminación electromagnética ha logrado alterar peligrosamente el ecosistema natural y los biorritmos que utilizan los seres vivos para alinearse con el planeta. Estos sistemas energético-contaminantes, utilizan la ionosfera -capa atmosférica situada a 100 km por encima de la superficie la cual es la misma que utiliza nuestro cerebro y corazón para ajustar sus ritmos y frecuencias.

(Cuando hablamos de ascensión del planeta no nos referimos a una elevación física del mismo, esto se refiere a un proceso evolutivo natural por el cual nuestra Madre Tierra entrará en planos dimensionales cada vez mas sutiles, por ello eleva su frecuencia vibratoria, en palabras mas simples, el planeta será cada vez menos denso, menos físico).

No es el virus H1N1 el que mata, es la debilidad del sistema inmunológico humano el que permite que el virus ingrese y lo haga. El daño en el aura del hombre por el efecto de la radiación nuclear, la contaminación electromagnética, la negatividad, el pesimismo, lo que entra y sale por nuestra boca, entre muchas otras cosas, es lo que nos debilita y baja la frecuencia del “motor” molecular que produce en su dinámica, energía en forma de radiación que se establece como aura y que es la reserva energética de nuestro propio sistema para cuando la necesita en sus momentos de menor producción. Lo que permite que el aura no se “pierda” es nuestro propio campo magnético que producimos porque somos seres eléctricos y magnéticos. Como es arriba es abajo.

Actualmente el aura de la mayoría de los seres humanos tiene agujeros en su estructura energética, por lo que estamos perdiendo energía por esos “agujeros”. La fuga de esa energía trae como consecuencia un debilitamiento en el sistema inmunológico y su campo de energía.
Una forma muy común de debilitar nuestra aura es a través de las heridas o cicatrices producidas en el cuerpo físico, ya que a nivel del aura, estas heridas no cicatrizan. Esto debería ser materia de reflexión para las personas que se someten inútilmente a operaciones quirúrgicas, sobretodo para aquellos que en exceso son dependientes de la cirugía plástica.

Debemos entender que el campo de energía del hombre, está interactuando continuamente con el campo de energía de la Tierra y dicha interacción es la clave para entender como funcionamos. La atmósfera terrestre y nuestra aura, se constituye de energía esencial y representa el combustible vital para la existencia y supervivencia del hombre en la Tierra. Los antiguos de la Tierra sabían muy bien esto, lo llamaron la energía universal, "chi" “prana”, “eter”, etc. Este prana es la fuerza de energía de la vida, y cuando existe en abundancia en el campo de energía de una persona, significa que está vibrando en una frecuencia ideal y está sana. Cuando hay una pérdida de dicha energía la persona estará propensa a enfermarse.

Cuando una población pierde su esencia espiritual, su propia energía en asuntos involutivos, esa gente está destinada a ser víctima de una pandemia o de algún desastre natural.

El universo es energía esencial manifestándose en múltiples frecuencias. El gran secreto de vivir es retener dicha energía esencial en nuestros cuerpos como principio básico de lo que llamamos salud bio-física. Si queremos evolucionar debemos no solamente retenerla, sino utilizarla como fuente de transformación mediante la activación de nuestro potencial creador y cuántico que posee la capacidad de actuar sobre el mundo físico.
Espiritualidad es transformar frecuencias densas en frecuencias de mayor vibración.

¿Como reforzamos nuestro sistema inmunológico? sería la pregunta que cabe a todos hacernos. Tenemos razones para pensar que podemos reforzarlo conectándonos con las energías de la tierra, la conexión con los ecosistemas naturales nos ayudan a reforzar nuestra energía.

Otra manera de reforzar el sistema inmunológico es alimentando nuestro cuerpo con alimentos “vivos” que nos ofrezcan energía vital. La mejor medicina será la que provenga de plantas naturales como lo hacían nuestros antepasados y también la homeopatía ya que nos ofrece una cura a nivel vibracional, a esto se le llama sanación vibratoria.

Además nuestra aura se “carga” o energiza con vibraciones sutiles en la medida en que tengamos pensamientos positivos, eliminemos los temores, las culpas, el odio y todo sentimiento contrario a nuestra verdadera esencia armónica. El miedo es el peor virus que nos puede atacar, dejemos de contagiarnos de mas temores frente a las noticias alarmistas, veamos menos programas de noticias, leamos menos los periódicos. Busquemos espacios para observar nuestros pensamientos, pues de la calidad de ellos se carga también energéticamente nuestra aura, seamos más reflexivos, busquemos instalar en nosotros algo de paz apagando la tele y mirando nuestra pantalla interior.

En la aceleración del sistema inmunológico, la energía vibratoria del sistema inmune va a un nivel de energía más elevado. El virus con una energía inferior, no puede parasíticamente apegarse a su sistema de energía superior y comenzar a replicarse. El sistema de energía inmune está vibrando así a un nivel más elevado que hará que supere al virus.

Cuando una especie se aleja de su verdadero rumbo evolutivo viviendo bajo estrés y en total desarmonía con las frecuencias necesarias para la vida, estos tipos de virus encuentran un medio ideal para replicarse.

La Tierra nos necesita, como también nosotros la necesitamos porque evolucionamos juntos. Los antiguos se consideraban a si mismos los guardianes del equilibrio, eran capaces de comunicarse con los elementos y resguardar su estabilidad mediante la utilización de la energía esencial y primordial. Nosotros no perdimos ese poder. El conocimiento y las técnicas fueron resguardadas y sólo debemos re-comenzar la tarea iniciada por nuestros ancestros. Debemos regresar a los sitios sagrados de la Tierra, aquellos donde residen energías vibratorias elevadas. Debemos conectarnos con esa energía elevada vibratoria de la Tierra. Esos sitios de poder, contienen impulsos especiales energéticos para nuestros sistemas inmunológicos y nuestro despertar de conciencia.

La vida es frecuencia, es música. Durante años estuvimos creando sonidos de vida en desarmonía. ¡Es hora y es ahora, el momento de cambio! ¡Podemos y debemos! Estamos destinados a crear y debemos comenzar a hacerlo.

Tomado con adaptaciones de la Revista Buena Siembra “Gripe A: Virus H1N1 - Recomendaciones a tener en cuenta, Brad Hunter.

No hay comentarios: