En el año 2012 tuve una operación
de extracción de un tumor de mama y tres años más tarde, en el 2015, sentía que
en el mismo lugar donde tuve la tumorectomía reaparecía uno similar. Después de los chequeos, análisis y pruebas
de rigor (incluida biopsia por supuesto), el resultado fue el mismo, cáncer de
mama intraductal, HER2+ en mama izquierda.
Me encontraba más sana que nunca,
practicando yoga e incluso dando clases, ya que ni bien terminé el tratamiento
oncológico en el 2013, tomé un curso de profesorado de yoga y me acababa de
graduar como profesora.
¿Qué era lo que me faltaba por aprender
en esta experiencia? ¿Dónde quedó la terapia de bio-descodificación con la cual
sentí liberar algunos aspectos en la relación con mi madre, y que había pensado
guardaban relación con el cáncer de pecho?
La noticia la tuve antes de la
navidad del 2015 pero preferí postergar la operación hasta regresar de un viaje
que ya tenía programado con mi hija mayor por sus 15 años. Me operé en marzo del 2016, tomando un par de
meses para hacer un régimen alimenticio vegano al 100%, visitar a mi homeópata
y en paralelo estudiar la Nueva Medicina Germánica (NMG ) del Dr. Hammer.
Hice un curso introductorio y
supe que ése era el camino. Todos los
postulados del Dr. Hammer son lo que en mi interior resonaba como una verdad en
relación a la salud y biología de los seres vivos. Esta información la tomé con una alegría infinita
y me dio la confianza suficiente para saber que no estoy enferma. Y no solo yo, esto es para todos.
Además del curso, tuve una
terapia para entender mi caso, pues no es fácil dar con el origen del conflicto
que causa la “enfermedad”. Ni bien
empezó la terapia me di con la sorpresa que era zurda, pues me hicieron la
prueba de lateralidad: amamantar un bebe, cargarlo y luego aplaudir, y el
resultado fue que soy zurda (¡a pesar de ser diestra!). Esta es una información importante ya que los
conflictos impactan en diferentes áreas del cerebro y es diferente si es el
hemisferio derecho o izquierdo según la persona sea diestra o zurda.
Esto fue sumamente importante
puesto que para determinar el conflicto que causa cáncer de mama, es diferente
si se trata de la mama izquierda o derecha.
En mi caso era mama izquierda. En
mujer diestra, un cáncer de mama izquierda corresponde a conflictos con la
madre, en mujer zurda son conflictos con la pareja. Es por eso que la terapia de bio-descodificación
no sirvió, porque se centró en los conflictos con mi madre, que una vez
resueltos no resultaron ser la causa del verdadero conflicto que provocó el cáncer. Entonces tenía que investigar los conflictos
de pareja, específicamente de separación, ahí estaba la clave para identificar
el conflicto. Cuando entendí esto, pude
retomar la confianza en mi propia sanación.
A pesar de esta información tuve
que aceptar someterme a la mastectomía (cirugía de extracción de toda la mama)
ya que fue la recomendación, no del oncólogo (es obvio que él me operaba incluso
en navidad) sino de mi médico homeópata, conocedor de la NMG. Por el hecho de haber recibido quimioterapia
y radioterapia años atrás, mis células podrían haber mutado, y no se podía
asegurar que el proceso natural del cuerpo para sanarse se diera por este
motivo. Así que fui operada en marzo del
2016 con una cirugía de extracción de todo el pecho, a la que se sumó una de
reconstrucción en la que me pusieron una silicona como implante mamario.
Regresé a varias consultas con el
oncólogo y dejó en mis manos la decisión de someterme a la quimioterapia que mandaba
el protocolo realizar, no sin antes advertirme de lo joven que era para
exponerme absurdamente a no recibir tratamiento oncológico, por el riesgo de
contraer más tarde cáncer de pulmón o de otro tipo sino lo trataba con
quimioterapia para asegurarse de eliminar las células “malignas”.
No existe nada maligno en nuestro
organismo, ni siquiera las supuestas células cancerosas. Los animo a estudiar la NMG, hay mucha
información disponible, también tiene detractores como es lógico, pues son los
mismos imperios farmacéuticos los que no van a aceptar una medicina que no sea
aquella que les reporta las ganancias a que están acostumbrados.
Han pasado ya varios meses desde
la operación, me siento tranquila y feliz de saber que ya resolví el conflicto
que fue el origen de este proceso biológico mal llamado “cáncer de mama”. Tengo 48 años, vivo con mi esposo y dos hijas, estoy sana y sigo
dando clases de yoga, laborando en la protección del bosque amazónico y compartiendo
cada instante de mi vida con mi familia y amigos. Sin miedos como debe ser.
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