Solo imagina


Anoche escribí unas notas y hoy quiero compartirlas...

Imagina que tienes una casa muy grande. Al inicio, cuando fuiste a vivir recién a ella era bastante pequeña, pero con los años pudiste construirla y ahora tienes una casa grande, perfecta para ti, con varias habitaciones, sala comedor, cocina y hasta una zona de estudio. La decoras y pintas como quieres, ahora el techo es rojo pero antes fue marrón y hubo un tiempo en que se te ocurrió pintar el tejado de amarillo.

Tu casa es perfecta, pero con el tiempo la has ido llenando de cosas inútiles. A veces la limpias un poco, pero igual esta siempre llena. Los clóset en las habitaciones están atestados de ropa, maletas, juguetes que ya no sirven, y otros que si pero que ya no usas; trapos viejos, toallas gastadas, sábanas nuevas y antiguas, cajas y mas cajas llenas de otras miles de cosas que ya ni recuerdas lo que hay en su interior.

El escritorio esta lleno de papeles, libros que nunca has leído y otros que si, revistas que nunca tiraste a la basura, álbumes de fotos, fotos sueltas, partes y piezas de computadoras antiguas, parlantes, teclados que ya no sirven, discos que ya no usas, y sobre todo cajas y mas cajas también repletas de cosas que pensaste ordenar algún día y nunca lo hiciste.

Fuiste llenando la casa de todo lo que veías afuera y nunca te diste el tiempo para observar que no necesitabas todo aquello o que debiste ir limpiando poco a poco tu casa por dentro.

Ahora se ha vuelto insoportable estar dentro de la casa, ya no se puede ni limpiar, el polvo y las telarañas han invadido todos los rincones.

Recientemente te diste cuenta que una tubería estaba con fuga y la pared de una de las habitaciones contigua al baño está humedecida por el agua, había que reparar todo eso. También se atoró un día el inodoro y tuvieron que picar el piso para encontrar la tubería del desagüe que estaba obstruida y no permitía el libre flujo, ni aun usando los productos químicos más poderosos que suelen solucionar estos problemas.

Sueles quedarte dormido hasta tarde y hay días en que no sales de tu casa, sin poder darte cuenta de lo que sucede afuera.

Un día soñaste que volabas. Pero era un vuelo muy pesado, pues tenias que hacerlo con tu casa, era casi imposible hacerlo, pero era tu naturaleza volar dentro de ella, no podías moverte de otra forma.

Las ventanas estaban sucias y casi no podías mirar a través de ellas. Pero si lograste ver a otros que volaban con casas más ligeras. Aunque también había otros que no podían siquiera despegar del suelo, eran enormes casas que difícilmente levantarían vuelo.

Despertaste del sueño y viste claramente el significado. Tu casa es tu cuerpo y tú eres el que vive encerrado en esa prisión sin poder levantar vuelo, sin poder ver claramente lo que hay afuera, la realidad verdadera detrás de la ilusión material.

Tú no eres tu cuerpo físico así como tú no eres tu casa. Vives dentro pero eres más que ese aspecto físico material. Lo has construido del tamaño que ahora tienes, lo decoras externamente, y maltratas con comida basura, llenándolo no solo de malos alimentos sino también de sentimientos, emociones, pensamientos e ideas inútiles, absurdas y aún ajenas, que no son tuyas, no te pertenecen, alguien te contagió de ellas; lo has descuidado demasiado.

Te identificas tanto con él que prefieres quedarte dentro sin querer saber que hay afuera, es más cómodo estar ahí aunque en el fondo no te sientas bien porque sabes que quieres volar. Es tu naturaleza volar y algún día lo tendrás que hacer, solo que la pesada carga te lo hará difícil y sufrirás mucho por no poder lograrlo.

Si solo eres un inquilino temporal de este cuerpo físico, astral y mental, entonces viene la pregunta de qué es lo que eres realmente. La respuesta es difícil ya que aun no estamos en capacidad de entender todos estos misterios, pero lo que si es cierto es que somos mas que todo aquello. Y gracias a Dios no estamos metidos en el cuerpo físico como en el ejemplo de la casa. Nuestra esencia verdadera o espíritu está fuera, reside en planos superiores y es imposible que pudiera descender a esta dimensión tan densa pues es energía de un nivel de vibración tan elevado, que si intentara “meterse” en el cuerpo, no lo lograría pues antes lo cocinaría completamente. La materia física del cuerpo no soportaría una vibración tan elevada.

Y es así como desde planos superiores nuestro espíritu desea ardientemente (así, en forma literal) despertarnos para que “salgamos a ver” la existencia de otras realidades superiores mediante el conocimiento de todo esto. El conocimiento y la búsqueda de ese camino de entendimiento que nos puede llevar a unirnos nuevamente con el. Los seres más evolucionados logran estar más concientes de esta conexión con su espíritu y es por ello que pueden ser guiados. Nosotros caminamos, avanzamos un poco pero después nos equivocamos porque nos chocamos en la oscuridad, es como andar ciegos, las ventanas de nuestra casa están demasiado sucias.

La casa está tan cargada de basura que no podemos lograr esa conexión, es imposible levantar vuelo. Podemos tener muchas buenas intenciones en nuestro corazón pero es como tener una vela metida en una lámpara de barro. La luz no podrá salir a iluminar porque el material de la lámpara se lo impide. Empecemos a limpiar la casa y la luz podrá empezar a iluminar si tenemos un corazón bueno y la intención de ser cada día mejores seres humanos.

Y pensando en todo esto, puedes quedarte otra vez dormido…


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